Presentación Cárcel

“Si me preguntaran qué es la cárcel, os respondería sin dudar que es el basurero de un proyecto socio-económico determinado, al cual arrojan todas aquellas personas que molestan dentro de la sociedad: por eso la cárcel alberga principalmente pobres...
La idea de la cárcel surge en la historia como medio por el que encerrar y aislar de la sociedad a aquellas personas que las autoridades consideraban molestas o subversivas a sus doctrinas y normas. A lo largo de la historia la cárcel y sus mazmorras han sido aplicadas de formas diferentes; pero siempre, absolutamente siempre han constituido una herramienta del poder impuesto, el medio coercitivo de reyes, de militares y de polític@s. Exacto: la cárcel nace de la necesidad del Gobierno, del Estado, de apoderarse del derecho exclusivo a castigar, o sea, del uso en exclusiva de la violencia sobre las personas libres; la utilidad funcional de este hecho es la necesidad de hacer valer sus leyes por medio del terror y la tortura, a fin de destruir a los enemigos del sistema vigente y a aquellas personas insumisas a sus códigos y leyes. Pero también tienen sin duda un origen social: el control por parte del poder de los y las desheredadas y pobres, de la inmensa masa de pobreza y marginación que se mueve dentro de las sociedades modernas, a fin de frenar en gran parte el descontento social, reprimiendo constantemente las capas sociales más contestatarias. Por todo ello podemos ya concluir que la prisión, las cárceles modernas, son una herramienta del aparato gobernante, mediante el cual afianza su poder; que éstas surgen de la necesidad del poder de controlar al pueblo, de la necesidad de regularlo, de ordenarlo, de seleccionarlo, de mantenerlo, en definitiva, bajo una libertad condicionada sujeta a un Código penal y a unas leyes injustas elegidas sin consulta del pueblo, con la amenaza constante de la cárcel pendiente sobre sus cabezas.”

Xosé Tarrio


Se nos quiere hacer creer que el verdadero sentido de la existencia de las cárceles no es otro que la reinserción, pero la realidad es que la cárcel es una de las más crueles venganzas del poder, es el castigo; sobretodo para aquellas personas presas que se niegan a pasar por el aro y comprenden lo absurdo que es hablar de reinserción de nuevo, a un Sistema injusto, que es precisamente el que les ha llevado a much@s a delinquir por las propias miserias que esté crea. El problema de las cárceles es una muestra extrema y dramática de un problema más global. La causa última de los problemas de las cárceles, de los problemas de la inmensa mayoría de las personas que en ellas se encuentran, es la pobreza y la marginación que hay en nuestra sociedad, y por lo tanto la injusticia social generada por el sistema capitalista.

La masificación, los deficientes servicios sanitarios y sociales de alimentación e higiene,la escasa o nula actividad cultural y deportiva, falta de aliciente, y sobre todo, cacheos arbitrarios, aislamientos, intervención de la correspondencia, dispersión, torturas, palizas, humillaciones, insultos, abusos de poder, y un largo etc. de aberraciones... evidencian la brutal pretensión de destruir a la persona. Allí todo está pensado para aniquilar, para hacer sentir la soledad más intensa, para alejar, para borrar los sueños y recuerdos, que se perderán en el tiempo, para aquellxs cuya mente y voz no consigan traspasar esos muros.

Esta brutalidad institucional (terrorismo de Estado, para que quede claro) es ejercida por l@s funcionari@s de prisiones, que con la complicidad de psicólog@s, médicos, policías, jueces, instituciones y medios de comunicación, esconden y niegan (o relativizan cuando se descubre) la práctica diaria de un sistema cruel y sádico, diseñado para ser la tumba abierta de miles de personas presas.
La cárcel está hecha para todo aquel que no se someta, para aquellxs que, de una manera consciente o inconsciente, evidencien las miserias que el propio Sistema crea, es uno de los pilares más fuertes sobre el que se sustenta. Hoy, además, es un negocio muy rentable.