Como nace la COPEL

Carabanchel- Madrid 1976-1977

''Los chorizos, los maricas, los rufianes de mayor o menor envergadura, la escoria, la ralea, los olvidados, los lobos famélicos se levantaron el 18 de julio de 1978...''

''El 26 de mayo de 1977, se celebra un juicio contra tres miembros de la COPEL...
Durante la vista judicial y tras leer un comunicado de la Coordinadora, los tres acusados se cortaron las venas. Minutos antes, uno de los acusados: - con la venia yo vengo aquí simplemente a declarar que este juicio es una farsa más de la justicia, y a negar la validez de este tribunal para juzgarnos, y de cualquier otro como éste, vinculados íntimamente al franquismo-.''

Dos titulares de revista, publicadas desde diferentes supuestos económicos e ideológicos, pueden ilustrarnos la tónica y la visión que de los presos se tiene durante la transición. El primero de Cambio 16, el segundo de la extinta publicación anarquista Bicicleta. Siguiendo esas crónicas de papel y la voz de los que no han olvidado su paso por prisiones pretendemos acercarnos a los primeros pasos de creación y consolidación de la COPEL dentro y fuera de las cárceles. Sirva también el recuerdo del pasado para, desde estas páginas, apoyar la lucha actual de los presos y presas: F.I.E.S. y colectivos de apoyo a pres@s.

Carabanchel es el buque insignia de las reivindicaciones de los presos sociales. Donde se transmiten y reciben las noticias y los ecos de luchas y represión contra la COPEL.
Carabanchel es durante el franquismo y hasta su cierre uno de los complejos penitenciarios más grandes del estado. Pensado como una auténtica ciudad-prisión concentra en su interior un Hospital, un Psiquiátrico, un centro de menores y un centro de detención de hombres, el más conocido con el mismo nombre que el barrio de Madrid donde se ubicaba.

Durante el último franquismo y la transición, al margen de concentrarse en ella a los presos políticos, pendientes de juicio en el Tribunal de Orden Público y posterior Audiencia Nacional, es el centro de confluencia y distribución de presos sociales.

Los presos eran trasladados por la geografía hispana en furgones cerrados y custodiados por la Guardia Civil, en función de juicios pendientes o el cumplimiento de condenas. Estos traslados conocidos como cundas duraban semanas e incluso meses. Por ejemplo, un preso de la cárcel Modelo de Barcelona que debiera ser trasladado para un juicio a Sevilla, realizaba un tour turístico por las siguientes prisiones: Zaragoza, Huesca, Guadalajara, Madrid-Carabanchel, Ciudad Real,... se paraba en cada una de ellas y en algunas se debía esperar varios días hasta la llegada de presos de otros centros penitenciarios. Las cundas duraban semanas hasta llegar a su destino. Todas las conducciones de presos en España pasaban por Carabanchel, si bien se habían eliminado las conducciones a pie y encadenados, las cundas eran de una gran penosidad. Furgones cerrados y sin ventilación, presos esposados de dos en dos, parados durante horas a las puertas de este o aquel penal a la espera de renovar su carga, noches de parada en este o aquel presidio...

Todos estos caminos finalizaban en Carabanchel, donde encontramos no sólo la población reclusa de Madrid, sino también una muy notoria población de condenados o preventivos en tránsito procedente de cualquier punto del estado, por las más diversas razones: juicios, asistencia sanitaria, internamiento en el psiquiátrico, revisiones de grado penitenciario, tránsito hacia otros penales, etc. Esta obligada estación de paso, será aprovechada por los presos, actuando como centro de reunión de los diferentes comités de COPEL y distribuidor de las noticias y consignas entre las cárceles y comités de la península. No es de extrañar que sea en Carabanchel de donde sale el primer comunicado o donde veamos surgir, a lo largo de la existencia de la COPEL, las declaraciones más contundentes en favor de la aplicación de amnistía, también será la cárcel donde se cebe la más feroz represión, que habrá de culminar en el asesinato de Agustín Rueda en marzo de 1978.

En 1976 se produce el primer motín en Carabanchel... -el origen del movimiento actual creo que fue el motín del verano pasado en Carabanchel. Estalló el 30 de julio. Setecientos escritos que habíamos enviado al Rey solicitando la Amnistía habían sido retenidos, primero en la misma prisión y luego en el Ministerio de Justicia. Los ánimos empezaron a caldearse también por el desprecio que la mayoría de los políticos (ellos estaban a punto de salir) mostraban hacia nosotros. La mañana del motín hubo enfrentamientos verbales y físicos con ellos reivindicando la aplicación de la amnistía de los presos sociales-.

La COPEL se configura en Carabanchel durante los últimos meses del 1976, desarrollando durante los meses de diciembre y enero una actividad casi abierta que culmina el domingo 13 de febrero con la obtención de un permiso por parte de los presos de la 3ª galería para la realización de un acto sobre la amnistía total. –Unamos nuestro grito al del pueblo- rezaba un gran cartel colocado junto a la presidencia de la asamblea.

En estos meses se redactan, asimismo los primeros comunicados y documentos que se hacen salir al exterior. Entre ellos, uno titulado -Programa de reformas- en el que afirmaban: -Nosotros, un grupo de presos de diversos centros penales de cumplimiento y varias prisiones provinciales, conscientes de la injusta represión física y psicológica a que nos vemos sometidos, conscientes del embrutecedor tratamiento rehabilitativo que en la casi totalidad de penales se da, denunciamos toda una serie de injusticias y absurdos que son una constante en el lento morir de los hombres que sufren prisión. Para ello hemos elaborado un programa donde se especifican diversos puntos susceptibles de reforma, que en la gran mayoría de los países democráticos del mundo se llevan a la practica con la autentica comprensión de que la terapia de castigo y represión solo consigue aplastar o disminuir a las personas que sufren la prisión, convirtiéndolas en seres infrahumanos, nunca en hombres nuevos como así parece predicar el sistema penitenciario español-.

En julio de 1977 otro motín es noticia en Carabanchel, aplastado en 48 horas por la policía, ahora los presos se unen y reivindicando la bandera de la COPEL se amotinan y autolesionan en diversos Centros (Palma, Sevilla, Burgos, La Modelo, etc.). Los comités se multiplican. Ya no se habla de actos aislados y puntuales en respuesta a esta o aquella injusticia, sino de una causa común y de una lucha abierta con un programa y unos objetivos, frente a la brutal represión con que es liquidado el motín la lucha de los presos se consolida entorno aun programa mínimo, que recoge el siguiente comunicado
 del mes de julio:

1) Que denuncia públicamente el oportunismo político de los partidos que se llaman democráticos, al haber desoído nuestro grito, nuestro sufrimiento, nuestra opresión en los momentos más duros del franquismo, que ahora pretenden asumir y controlar nuestra justa lucha.
2) Que se solidariza con la lucha popular de todas las nacionalidades del Estado, especialmente Euskadi, como auténtica vanguardia popular en pro de la amnistía total
3) Exige que se respeten los derechos humanos, antes que las leyes impuestas por la minoría que controla el poder al servicio del capitalismo.
4) Que como minoría social oprimida y marginada, exige que sean satisfechas sus reivindicaciones básicas resumidas en los siguientes puntos:

a) Amnistía general sin exclusiones para todas las minorías marginadas por los años pasados bajo el franquismo.
b) Reforma democrática de la justicia: depuración de fiscales, jueces y funcionarios franquistas. Desaparición de las jurisdicciones especiales. Reforma democrática del código penal.
c) Reforma democrática del sistema penitenciario español: desaparición del principio básico del “castigo” por el que se rigen las prisiones. Depuración de fascistas de la Dirección General de Prisiones. Desaparición de grados de cumplimiento en la condena. Reforma de la aplicación de redención de las penas y libertad condicional. Principios necesarios para que las prisiones cerradas vayan desapareciendo en un futuro de una más justa sociedad socialista”.

Copel es y será siempre ilegal y actuará de forma clandestina dentro de las cárceles, si bien es cierto que arrancará algunos privilegios, en muchos casos estos (como las asambleas de presos, recepción de comités por parte de las direcciones de los Centros) servirán a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias para conocer a los más militantes y preparar su posterior aislamiento y represión. Así, después del motín de julio del 77 “En la madrugada del 18 al 19 fueron trasladados repentinamente 36 internos al penal de Ocaña y 18 a la prisión de Zamora, siendo amordazados con esparadrapos y sufriendo malos tratos, todo ello ocasionó que algunos procedieran a autolesionarse... Los familiares apuntan que el motivo de los traslados podría radicar en un intento de hacer abortar la COPEL. Mientras la DGIP saca un comunicado de 412 presos donde acusan a COPEL de banda mafiosa y extorsión entre los presos. Los comités de presos surgen en todas las cárceles. COPEL ha superado la primera prueba y su consolidación como referente de lucha para los presos de todo el estado es incuestionable.

En paralelo a la cascada de motines, plantes y autolesiones la calle ha empezado a moverse, familiares de presos se encierran en iglesias y se organizan como asociación, también ilegal. Grupos de abogados lanzan una batería de denuncias ante los juzgados y la prensa. Las facultades de Madrid acogen actos de apoyo a la Amnistía Total para los presos sociales, pero también surgen las voces que acallaran durante la transición todo movimiento de solidaridad con los presos. En el País del día 27 de marzo y escrita por Antonio Rato, conocido abogado del PCE “No terciaría en el debate sobre los presos comunes si no se hubieran vertido acusaciones contra los partidos democráticos por haberse contraído a reivindicar y difundir entre las masas la amnistía para los presos políticos... Creo que al delincuente se le debe aislar por la misma razón que se aísla a un portador de virus o a un demente peligroso. La discriminación que en la campaña pro amnistía se establecía entre unos y otros y obedecía al fundamento racional y objetivo de que los presos comunes han realizado actos antisociales mientras que los presos políticos han ido a la cárcel por defender a la sociedad.” Vivan las Caenas que dirían otros.

Esta dialéctica, con la que encabezábamos el artículo, de delincuentes-políticos, de presos sin derechos frente a presos que salían a ocupar un escaño, será a la larga esgrimida por los partidos situados dentro del arco parlamentario, tanto para evitar pronunciarse sobre el fondo de las demandas de los presos, como para en ultima instancia distanciarse y no asumir las peticiones de amnistía que desde la calle y sin distinción, entre políticos y comunes, se hicieron de los más variados frentes: sindicatos, feministas, partidos extrapalamentarios, sectores del derecho, prensa y sobre todo miles de personas anónimas en Madrid, Barcelona, Valencia, Euskadi, etc. La hipoteca de sacar a la calle a todos los presos nadie la quiso, el escaño, la concejalia y la política posibilista se impuso y el franquismo más rancio fue entrando en cajas de pino, sin juicios ni responsabilidades, las cajas las pagamos todos los presos no salieron a la calle.

El modelo organizativo de la COPEL está fuertemente condicionado por la prisión misma y por la pendular relación de fuerza entre presos y carceleros, entre clandestinidad y tolerancia. Las formas de trabajar son efectivas, contundentes como nos muestra el siguiente relato del primer comité de COPEL en Carabanchel:

“Después de haber definido claramente los objetivos a conseguir y los medios para llegar a ellos, la COPEL de Carabanchel se ha lanzado a organizar una serie de reivindicaciones legales a través de encuentros con los jefes de servicio y con la Dirección de la prisión. Cuando hemos conseguido estas entrevistas, la gran mayoría de los presos han cogido confianza en la COPEL como organización de todos los presos que luchan para obtener los derechos que nos pertenecen a todos... Se han hecho colectas de dinero para los compañeros aislados,... para ir a la ayuda de los compañeros indigentes y cubrirles sus necesidades más elementales. Se ha organizado una biblioteca para el uso de todos los presos, pero dirigida por los compañeros de la COPEL de la 3a. galería. Se han creado comisiones para estudiar y realizar acciones a favor de las minorías más marginadas de la cárcel: homosexuales, menores del centro de menores, detenidos de los penales disciplinarios mas duros, etc. Se ha preparado unos dossieres sobre estos penales, sobre la explotación en los talleres penitenciarios”.

COPEL es una organización democrática, aunque dependiente del liderato en cada prisión de grupos de presos con mayor o menor ascendiente sobre el resto. Ello le supuso ventajas en su organización y capacidad de movilización: en Carabanchel se llegan a organizar plantes y actos de desobediencia masivos en menos de media hora, se organizan grupos de combate contra chivatos y mafias ligadas a los “boqueras” , pero a la larga desgastaría a los propios lideres, enfrascados en luchas internas y por el propio peso de la represión. Los comités de COPEL no siempre están formados por las personas idóneas, cayéndose, muchas veces, en caudillismos mal entendidos dentro y fuera de las cárceles. Algunos de estos líderes sufrirán persecuciones que se prolongarán durante años, una vez en libertad o acabarán aislados en centros de máxima seguridad como Herrera de la Mancha o el Puerto de Santamaría hasta obligarlos a retirar las denuncias por torturas de carceleros.

La situación con todos sus problemas es de ilusión dentro de las cárceles. Landelino Lavilla, ministro de justicia, se dirige a las Cortes españolas para proponer una tímida reforma de las prisiones en septiembre de 1977, obligado por las protestas en la calles y la movilización de los presos. En octubre, senadores vascos redactan un proyecto de Indulto. COPEL con comités estables en la Modelo de Barcelona, Basauri, Córdoba, Málaga, Burgos, Palma de Mallorca, Valencia, responde:

Carabanchel, 27 de septiembre de 1977

Ante la aparición y puesta en vigor de la “pseudo-reforma” del reglamento del servicio de prisiones, el Comité de información de la Coordinadora de Presos en Lucha, COPEL, se dirige a la opinión pública en el siguiente comunicado:

1) La COPEL, Asociación de presos expresos y familiares, abogados y asociaciones populares, rechazan esta “pseudo-reforma” y posteriores declaraciones de la dirección general de Instituciones Penitenciarias, que calificamos como mero “slogan publicitario”.

2) La “pseudo-reforma” se ha basado en la continuada política penitenciaria de fomentar la delación y división de los reclusos, en base al fin perseguido de que las prisiones sean centros donde los recluidos procedan a destruirse entre sí. Para ello se conceden grandes beneficios de forma exclusiva a quienes colaboren en las medidas de represión y explotación que continúan en vigor, pues ninguna ha sido anulada y por el contrario se están acrecentando.

3) No se ha tratado en ningún momento sobre la tortura física y psíquica que se practica en las prisiones, la falta de trabajos formativos, educación, sanidad, alimentación, y se sigue dejando toda decisión a la arbitrariedad de los directores de prisión, que son quienes han venido reprimiendo ferozmente durante 40 años a los reclusos.

4) La COPEL sigue insistiendo en que las prisiones no tienen razón de existir debiendo crearse centros de reeducación para sustituirlas. En definitiva, ineludiblemente precisa de nombres nuevos. Nada cambiará con los Capitanes Veneno, Nazis, ... que actualmente rigen las prisiones.

5) La COPEL sigue lamentando que la prensa y medios de información no se ocupen de la situación penitenciaria con la debida profundidad y precise de la sangre de los reclusos para que se ocupe superficialmente de nuestros gravísimos problemas.

6) Así mismo, la actitud de los partidos democráticos, es lamentable y supone el apoyo tácito a que sigamos siendo víctimas de la impotencia y egoísmo del estado.

Este y otros comunicados son ilustrativos de lo que fue la COPEL en sus inicios, de la coherencia de su planteamientos y del alcance de sus reivindicaciones válidas en muchos aspectos hoy en día, cuando las cárceles, saturadas de presos y presas, se mueven con fuerza de nuevo.

Centro de Documentación Arran
Sants-Barcelona

(1) ¿Por qué estallan las cárceles?. Cambio 16 nº 295 1-7 de agosto de 1977
(2) La COPEL: el dentonante de los presos comunes. Bicicleta nº noviembre de 1977
(3) Sobre la constitución de COPEL existen dudas. Los primeros documentos escritos y firmados son de enero de 1977, pero las reivindicaciones de amnistía o las primeras luchas coordinadas de presos sociales se remontan a 1975, ver cronología Panóptico Nº. 1, 2001
(4) Boqueras o boquerones es el nombre que reciben los funcionarios o carceleros por parte de los presos en argot de talego.